El arbolado que jalona las calles de nuestro barrio es un valiosísimo patrimonio que nos proporciona sombra, frescor y un trocito de naturaleza en medio de la ciudad. Sin embargo, su crecimiento viene acompañado necesariamente de un engrosamiento de las raíces, que provoca afecciones a las aceras. Es el caso de los accesos al Centro de Salud de La Victoria, en las calles Paseo Jardín Botánico, Calle Fuente el Sol y Tierra.

Se trata de, aproximadamente, una docena de alcorques cuyos adoquines aledaños se han levantado por el empuje de las raíces, de tal manera que crean obstáculos en las aceras y ponen en riesgo  la seguridad de las personas. El caso es particularmente delicado porque son las personas con movilidad más reducida los usuarios más frecuentes de estas aceras en su camino al Centro de Salud.

La adecuación de estas aceras deberá hacerse, de cualquiera de las maneras, sin poner en riesgo la vitalidad y porte de los árboles actualmente existentes.

La calle entre san Lázaro y Neptuno está en muy mal estado.

Zona de juegos para adolescentes, incluyendo skate, baloncesto… además de bancos y alguna mesa para que los jóvenes se reúnan en torno al deporte.

La avenida de Miguel Ángel Blanco, entre la calle Pío del Río Hortega y la calle Mieses (acera de números impares), carece de iluminación peatonal. Las farolas instaladas alumbran hacia la carretera y debido a la anchura de la zona verde con los árboles, las aceras quedan totalmente en penumbra para los peatones.

En dirección Simancas, lado derecho, desde la Gasolinera del Camino Viejo de Simancas hasta la zona de PROFUTURO, no hay acera. Ello obliga a los que parten o van a la gasolinera, a crucar la carretera, sin que haya paso de cebra, y si se viene de esa residencia o de Santa Ana, se debe rodear toda la rotonda. 

Se propone plantar árbol de hoja perenne en la acera entre el Palacio Real y el Palacio de Justicia (delante de la farmacia que queda frente a San Pablo), con el fin de disimular el único edificio no histórico de la plaza.